Carta Abierta, región del Paralelo 42 Sur |
Recibimos esta comunicación de nuestros compañeros de El Bolsón
Carta abierta Nº 4
Para
consolidar un proceso de cambio sólo sirve avanzar en el cambio
“Nada
debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos”. A. Tosco
En el
transcurso de nuestra ajetreada historia como comunidad nacional, fueron muchos
los momentos críticos, las encrucijadas en las que debimos elegir un camino.
Desde la recomposición del orden constitucional en 1983 venimos recorriendo
como pueblo un largo y difícil proceso de aprendizaje en el que vamos asumiendo
que deben y pueden estar en nuestras manos y en nuestras conciencias las
grandes decisiones, qué rumbo debemos tomar, qué proyectos colectivos debemos
encarar, qué luchas debemos librar, qué intereses defender. Está claro que no
siempre fue así. La larga saga de dictaduras y modelos autoritarios y
excluyentes de todo tipo pusieron la capacidad de decisión en las minorías
privilegiadas, e invariablemente desembocaron en despojos sistemáticos de
nuestros derechos, de nuestros sueños, de las vidas de muchos. También está claro
que desde 2003 la política ha retomado su sentido como herramienta de transformación
en pos de redistribuir la riqueza que generamos entre todas y todos.
Como hemos señalado más de una vez, este proceso de
cambio se verifica tanto a nivel nacional como en el ámbito municipal: en mayo
de 2013 fue la voluntad política del ejecutivo comunal con el apoyo popular
masivo en las calles lo que puso freno al intento avasallador y destituyente de
los grupos concentrados, acostumbrados hasta ahí a imponer sus intereses
sectoriales por encima de la voluntad mayoritaria. Las inéditas manifestaciones
populares del 26 y el 29 de mayo marcaron a nuestro juicio un antes y un
después en la conciencia y en el sentido de la política. Bajo la consigna
unificadora en defensa de la Soberanía Popular , miles de personas demostraron que arrodillarse y resignarse ante el
poder económico y la complicidad de cierta dirigencia no es el único camino
posible. Es el peor de los caminos.
También hemos manifestado en nuestra primera Carta que
en el ámbito provincial no estaba claro que se estuviera registrando el mismo
cambio de paradigma. La reciente voltereta política del gobernador de Río
Negro, pasando a la oposición y adhiriendo a un frente electoral en una
maniobra que provoca vergüenza ajena, ratifica aquella observación.
Precisamente, y porque pensamos que estamos a las
puertas de una nueva encrucijada histórica para nuestro país y nuestra región,
desde Carta Abierta de la
Comarca nos manifestamos una vez más, haciéndonos cargo de nuestra
responsabilidad de pensar colectivamente para marcar la necesidad de no bajar
los brazos, doblar la apuesta por la profundización de la Democracia y el avance
de las transformaciones, y mantener la
guardia alta contra quienes bajo el ropaje de supuestas renovaciones vienen por
la vuelta a las viejas políticas que nos llevaron a lo más terrible de nuestra
historia.
Entendemos que no es momento para desalientos, sino
para nuevos desafíos: El panorama de la Patria Grande
latinoamericana impulsa a redoblar la apuesta en la lucha contra los atropellos
imperiales y los intentos revanchistas de las clases dominantes y sus derechas
reaccionarias. A casi una década del histórico entierro del ALCA – último
intento del imperio de reconfigurar y remachar la dependencia – nuestros
pueblos parecen reafirmar su voluntad de lucha. El extraordinario triunfo
electoral de Evo Morales en Bolivia y el afianzamiento de una verdadera
revolución política y social, la reelección de Dilma Rousseff y el Partido de
los Trabajadores en Brasil, a despecho de la formidable campaña mediática de
adentro y de afuera, y el importante caudal de votos logrado por el Frente
Amplio del Uruguay en primera vuelta, logrando una vez más la mayoría
parlamentaria y confirmando la continuidad del proyecto político tras dos
períodos consecutivos de gestión, signos indudables del panorama abierto en
2002 en América Latina no puede cerrarse así nomás.
Resulta claro, además, que las fuerzas reaccionarias
entran en estado de desesperación, y en el caso de la Argentina , aquellos
resultados electorales no son el mejor aliento para sus aspiraciones en el
2015. Cerrado el otrora tradicional
recurso de los golpes militares, estos sectores del privilegio apelan a
cualquier medio para minar los procesos de cambio y obligarlos a abandonar la
partida, entregándose al camino tradicional del atraso, las injusticias
sociales, la dependencia y el subdesarrollo.
En lo que se refiere a nuestra ciudad y a nuestra
comarca, uno de los signos más preocupantes en los últimos tiempos es la
reinstalación de la violencia, tanto verbal como física, como parte de la
política de algunos sectores que intentan avanzar sobre distintos espacios de
participación, propicios para que algunos personajes muy conocidos en El Bolsón
y la Comarca
los utilicen para imponer con prepotencia sus objetivos. A ello se suman
repetidos atentados a militantes populares –incendios intencionales, robos,
irrupción en domicilios– que claramente apuntan a intimidar y crear un clima de
temor que bajo el pretexto de la “inseguridad” les permita encaramarse en
espacios de poder, a la vez que intentan
paralizar a quienes nos enfrentamos a sus intereses. No debe sorprendernos,
en este sentido, la falta de difusión, cuando no el silenciamiento, que algunos
medios locales realizan sobre estos hechos, contribuyendo a su invisibilización
y a la naturalización de la violencia.
Desde este espacio de reflexión repudiamos
enérgicamente estos actos, nos sumamos a las organizaciones sociales y
políticas que lo han hecho con decisión y valentía, y llamamos la atención
sobre la naturaleza de esa violencia, que invariablemente viene del mismo lado.
Viene de los mismos sectores que
desprecian la Democracia ,
que no pueden ni quieren enfrentar discusiones de fondo sobre los grandes temas
que nos afectan, y que tarde o temprano terminan desbarrancando hacia la
imposición por la fuerza de sus intenciones y sus intereses mezquinos. Sobran
los ejemplos históricos que dolorosamente lo demuestran.
Al mismo tiempo, advertimos que desde el campo
popular y democrático son muchas y muchos quienes
no van a dejarse intimidar, ni van a dar lugar a las provocaciones ni van a
entrar en ese terreno, que no han caído en el vacío las semillas dejadas
por miles y miles de luchadores sociales, y que no han sido en vano los pasos
dados en los últimos años en pos de afirmar la voluntad popular y poner un
límite a los dueños de todo. Sobran los
ejemplos históricos que honrosamente lo demuestran.
El futuro llegó, hace rato…
Resulta
evidente que, a un año de las próximas elecciones, se ha instalado un clima
pre-electoral que pone sobre el tapete de las discusiones el futuro político
del país, de la provincia, del municipio. A nivel nacional, mientras los grupos
económicos concentrados descargan su artillería contra el gobierno, los medios
de comunicación hegemónicos apelan a cualquier recurso para crear un clima de
incertidumbre y de supuesto caos generalizado, y la oposición política balbucea
patéticamente argumentos sobre el llamado “fin de ciclo”, compitiendo por
demostrar qué candidato o candidata se porta mejor con los monopolios y les da
mayores garantías para una hipotética futura gestión poskirchnerista.
Dichas garantías que intentan extender, incluyen
promesas de derogación de la mayoría de las leyes y normativas largamente
discutidas y aprobadas mayoritariamente, y que significan en conjunto la
recuperación y ampliación de derechos para amplias capas de la población. En
tren de oponerse a cuanta iniciativa surja del gobierno, eluden el debate
parlamentario o votan en contra de leyes cuyos principios sostuvieron ellos
mismos en otros momentos políticos.
Aparece claro, sin embargo, que el fuego graneado
que se lanza en todo momento y lugar no llega a constituir una oposición
orgánica. Las lágrimas de cocodrilo de los grandes grupos económicos contrastan
con las espectaculares ganancias que han obtenido en los últimos años y bajo la
actual gestión; los medios hegemónicos alertan contra supuestos ataques a la
libertad de expresión mientras dicen y escriben todas las barbaridades que se
les ocurren, protestan lastimosamente contra una oposición política que no
logra articular una conducta unificada, y esta última aparece en toda su
dimensión primaria, sin discusiones de fondo, repitiendo slogans carentes de
sustento, peleándose entre sí, y remplazando su trabajo en el Congreso por su
función de columnistas políticos en los programas de televisión.
Ante esto, y como lo expresara el mascarón de proa
del grupo Clarín, “el Gobierno hace lo que tiene que hacer: avanza”. La frase,
de una sinceridad pasmosa, fue lanzada en medio de una violenta diatriba contra
la dirigencia opositora, a la que sumergió con nombres y apellidos en el mismo
“balde de bosta”. Aunque suene extraño,
coincidimos con esta apreciación: después de casi doce años, el gobierno
kirchnerista sigue gozando de buena salud, tomando todo el tiempo la iniciativa
política, enfrentando las indudables dificultades económicas sin bajar las
banderas de no perjudicar los intereses de las mayorías, manteniendo un
altísimo índice de aprobación a esta altura de la gestión, y con una figura
presidencial de una estatura de estadista pocas veces vista en nuestra
historia, provocando la admiración de propios y extraños.
En otras
palabras, sigue siendo el gobierno nacional el que “marca la cancha” haciendo
política, ante la desesperación opositora que no logra armar un mínimo discurso
coherente. Para colmo, las organizaciones que
sostienen el proyecto nacional y popular movilizan como nadie es capaz de
hacerlo, demostrando su capacidad para poner en la calle la voluntad popular.
Más allá de quién y quiénes se perfilen como candidatos del Frente para la Victoria en el 2015,
queda claro que la intención presidencial es la de cumplir el mandato hasta el
último minuto de gestión, y la de seguir generando
iniciativas que demuestren que el proyecto iniciado en el 2003 no es un
episodio más en la vida política del país. Por el contrario, la idea es
sentar las bases de un hecho fundacional que exceda un mero mandato
presidencial, en el que el
neoliberalismo quede definitivamente sepultado y se abran caminos de
transformación efectiva hacia una sociedad más justa y democrática en todos los
sentidos.
Lo dicho no quita las grandes dificultades presentes
y que se avizoran en el terreno económico, como la inflación que erosiona los
ingresos de los trabajadores, el freno al sostenido crecimiento experimentado
desde 2003, la amenaza de los grupos
financieros internacionales con los fondos buitre como ariete, y el sabotaje de
los grupos locales que intentan precipitar una situación crítica reteniendo
cosechas y dólares. Precisamente, la
política de estos sectores dominantes parece ser la de llegar al año electoral
en las peores condiciones posibles, con la idea de capitalizar la crisis y
lograr poner en el gobierno –en término o por anticipado- a alguno de sus
gerentes. En otras palabras, volver a
ejercer el poder directo e intentar volver a la lógica del mercado como
dictador de políticas, descartando al Estado como garante de derechos y de
políticas soberanas. Este y no otro es el trasfondo de las “renovaciones” y demás cantos de sirena de
los que en realidad añoran lo peor de la vieja política, y que nos llevó a la
crisis más profunda de nuestra historia.
No obstante, puede avizorarse la posibilidad cierta de
que la amenaza de cierre del período histórico abierto en 2003 no provenga sólo
desde afuera del kirchnerismo. Alguna de las candidaturas que se perfilan
no parecen ser la mejor garantía de continuidad y profundización del camino
popular, democrático y progresista. En ese sentido, nos negamos a la
resignación que implica rendirse ante las supuestas evidencias de las
encuestas, que generalmente no son más que operaciones políticas tendientes a instalar
o descartar candidatos.
Mientras éstas parecen ser las condiciones
imperantes a nivel nacional, Carta Abierta de la Comarca quiere llamar la
atención sobre la realidad que se perfila a nivel municipal en El Bolsón.
Percibimos que –como decíamos antes- cuando el gobierno nacional resiste a pie
firme el desgaste por los años de gestión y el bombardeo sistemático, el
gobierno municipal de El Bolsón no aparece con la misma vitalidad a poco más de
un año de que culmine su período. Entendemos que las graves dificultades
económicas, los juicios que por desastres perpetrados por gestiones anteriores
se lanzan como sacudidas a las arcas municipales o se alzan como amenazas
permanentes, la escasa o nula relación con el gobierno provincial, son
condiciones para nada favorables para proyectar con éxito y concretar en los
hechos las obras necesarias para la comuna. A todo ello se suma el desencuentro entre el poder ejecutivo y el legislativo - desencuentro que ya señaláramos con preocupación en nuestra Carta Nº 2 de diciembre 2012 - y que lejos de resolverse ha redundado en el bloqueo, por una parte del Concejo Deliberante, de muchas de las iniciativas planteadas
desde el Ejecutivo, pese a que algunas/os de sus integrantes accedieron a las
bancas integrando el mismo espacio político que ganó las elecciones en 2011.
Al mismo tiempo –y como modelo a escala de lo que
señalamos a nivel nacional- la mayor parte de los medios de comunicación
locales y regionales agitan sistemáticamente las dificultades existentes apuntando
al gobierno municipal y preparando el terreno para el cambio de rumbo, en un
indisimulado alineamiento con los intereses económicos más concentrados.
Más allá de todo esto, percibimos una tendencia en
el gobierno municipal a cerrarse en un círculo reducido de tomas de decisiones.
Creemos que no es la mejor actitud, y que
el capital político que significó el apoyo decidido de la ciudadanía hace un
año y medio, de las organizaciones sociales y las agrupaciones políticas,
debería tenerse en cuenta a la hora de proyectarse al futuro cercano. Que
lo central es defender el ejercicio de la política y de la actitud militante
para dar continuidad a un proyecto que sostuvo y sostiene valores de honradez,
decencia y respeto por la voluntad popular para
enfrentar a los sectores poderosos que siempre quieren tener a la gestión
municipal al servicio de sus intereses. Cuando ya se perfilan y/o se lanzan
candidaturas para el 2015 -como las que desfachatadamente anuncian soluciones
cuando son los mismos responsables de los males que nos aquejan- entendemos que no abrirse a las inquietudes
y a la práctica concreta de la militancia social y política es el camino más
corto para entregarse a la derrota.
En tal sentido, Carta Abierta de la Comarca –como espacio de
reflexión pero claramente posicionado en la defensa y profundización del
proceso abierto en El Bolsón en 2011- hace un llamado a la responsabilidad de
toda la militancia y la dirigencia política y social comprometida en la lucha
por un Bolsón y una Comarca más inclusivos y democráticos. La tarea de la hora,
de esta nueva encrucijada, es aunar
esfuerzos y voluntades en pos de articular una instancia política capaz de
expresar esos principios y proyectarlos en un futuro posible y deseable, con la
amplitud y profundidad que se expresaron en las calles en mayo de 2013.
Porque no representamos intereses sectoriales ni
posiciones mezquinas. Porque no peleamos por candidaturas, es que este espacio de reflexión política se
entiende habilitado para plantear interrogantes, señalar dificultades y
acechanzas, llamar a mantener el camino nacional, popular, democrático y
progresista. De todos depende que estos años extraordinarios y desafiantes
que vivimos se proyecten y se concreten en los sueños de las mayorías. No
tenemos duda de que la abnegada militancia que lucha todos los días por
alcanzarlos no dará lugar a nuevas frustraciones.
CARTA ABIERTA DE LA COMARCA ANDINA DEL
PARALELO 42
- El Bolsón, Noviembre 2014
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