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viernes, 28 de noviembre de 2014

Carta Abierta de la Comarca Andina del Paralelo 42

Carta Abierta, región del Paralelo 42 Sur

Recibimos esta comunicación de nuestros compañeros de El Bolsón





Carta abierta Nº 4
Para consolidar un proceso de cambio sólo sirve avanzar en el cambio
“Nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos”.  A. Tosco
En el transcurso de nuestra ajetreada historia como comunidad nacional, fueron muchos los momentos críticos, las encrucijadas en las que debimos elegir un camino. Desde la recomposición del orden constitucional en 1983 venimos recorriendo como pueblo un largo y difícil proceso de aprendizaje en el que vamos asumiendo que deben y pueden estar en nuestras manos y en nuestras conciencias las grandes decisiones, qué rumbo debemos tomar, qué proyectos colectivos debemos encarar, qué luchas debemos librar, qué intereses defender. Está claro que no siempre fue así. La larga saga de dictaduras y modelos autoritarios y excluyentes de todo tipo pusieron la capacidad de decisión en las minorías privilegiadas, e invariablemente desembocaron en despojos sistemáticos de nuestros derechos, de nuestros sueños, de las vidas de muchos. También está claro que desde 2003 la política ha retomado su sentido como herramienta de transformación en pos de redistribuir la riqueza que generamos entre todas y todos.
Como hemos señalado más de una vez, este proceso de cambio se verifica tanto a nivel nacional como en el ámbito municipal: en mayo de 2013 fue la voluntad política del ejecutivo comunal con el apoyo popular masivo en las calles lo que puso freno al intento avasallador y destituyente de los grupos concentrados, acostumbrados hasta ahí a imponer sus intereses sectoriales por encima de la voluntad mayoritaria. Las inéditas manifestaciones populares del 26 y el 29 de mayo marcaron a nuestro juicio un antes y un después en la conciencia y en el sentido de la política. Bajo la consigna unificadora en defensa de la Soberanía Popular, miles de personas demostraron que arrodillarse y resignarse ante el poder económico y la complicidad de cierta dirigencia no es el único camino posible. Es el peor de los caminos.
También hemos manifestado en nuestra primera Carta que en el ámbito provincial no estaba claro que se estuviera registrando el mismo cambio de paradigma. La reciente voltereta política del gobernador de Río Negro, pasando a la oposición y adhiriendo a un frente electoral en una maniobra que provoca vergüenza ajena, ratifica aquella observación.
Precisamente, y porque pensamos que estamos a las puertas de una nueva encrucijada histórica para nuestro país y nuestra región, desde Carta Abierta de la Comarca nos manifestamos una vez más, haciéndonos cargo de nuestra responsabilidad de pensar colectivamente para marcar la necesidad de no bajar los brazos, doblar la apuesta por la profundización de la Democracia y el avance de las transformaciones, y mantener la guardia alta contra quienes bajo el ropaje de supuestas renovaciones vienen por la vuelta a las viejas políticas que nos llevaron a lo más terrible de nuestra historia.
Entendemos que no es momento para desalientos, sino para nuevos desafíos: El panorama de la Patria Grande latinoamericana impulsa a redoblar la apuesta en la lucha contra los atropellos imperiales y los intentos revanchistas de las clases dominantes y sus derechas reaccionarias. A casi una década del histórico entierro del ALCA – último intento del imperio de reconfigurar y remachar la dependencia – nuestros pueblos parecen reafirmar su voluntad de lucha. El extraordinario triunfo electoral de Evo Morales en Bolivia y el afianzamiento de una verdadera revolución política y social, la reelección de Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores en Brasil, a despecho de la formidable campaña mediática de adentro y de afuera, y el importante caudal de votos logrado por el Frente Amplio del Uruguay en primera vuelta, logrando una vez más la mayoría parlamentaria y confirmando la continuidad del proyecto político tras dos períodos consecutivos de gestión, signos indudables del panorama abierto en 2002 en América Latina no puede cerrarse así nomás.
Resulta claro, además, que las fuerzas reaccionarias entran en estado de desesperación, y en el caso de la Argentina, aquellos resultados electorales no son el mejor aliento para sus aspiraciones en el 2015. Cerrado el otrora tradicional recurso de los golpes militares, estos sectores del privilegio apelan a cualquier medio para minar los procesos de cambio y obligarlos a abandonar la partida, entregándose al camino tradicional del atraso, las injusticias sociales, la dependencia y el subdesarrollo.
La violencia como práctica política.
En lo que se refiere a nuestra ciudad y a nuestra comarca, uno de los signos más preocupantes en los últimos tiempos es la reinstalación de la violencia, tanto verbal como física, como parte de la política de algunos sectores que intentan avanzar sobre distintos espacios de participación, propicios para que algunos personajes muy conocidos en El Bolsón y la Comarca los utilicen para imponer con prepotencia sus objetivos. A ello se suman repetidos atentados a militantes populares –incendios intencionales, robos, irrupción en domicilios– que claramente apuntan a intimidar y crear un clima de temor que bajo el pretexto de la “inseguridad” les permita encaramarse en espacios de poder, a la vez que intentan paralizar a quienes nos enfrentamos a sus intereses. No debe sorprendernos, en este sentido, la falta de difusión, cuando no el silenciamiento, que algunos medios locales realizan sobre estos hechos, contribuyendo a su invisibilización y a la naturalización de la violencia.
Desde este espacio de reflexión repudiamos enérgicamente estos actos, nos sumamos a las organizaciones sociales y políticas que lo han hecho con decisión y valentía, y llamamos la atención sobre la naturaleza de esa violencia, que invariablemente viene del mismo lado. Viene de los mismos sectores que desprecian la Democracia, que no pueden ni quieren enfrentar discusiones de fondo sobre los grandes temas que nos afectan, y que tarde o temprano terminan desbarrancando hacia la imposición por la fuerza de sus intenciones y sus intereses mezquinos. Sobran los ejemplos históricos que dolorosamente lo demuestran.
Al mismo tiempo, advertimos que desde el campo popular y democrático son muchas y muchos quienes no van a dejarse intimidar, ni van a dar lugar a las provocaciones ni van a entrar en ese terreno, que no han caído en el vacío las semillas dejadas por miles y miles de luchadores sociales, y que no han sido en vano los pasos dados en los últimos años en pos de afirmar la voluntad popular y poner un límite a los dueños de todo. Sobran los ejemplos históricos que honrosamente lo demuestran.
El futuro llegó, hace rato…
   Resulta evidente que, a un año de las próximas elecciones, se ha instalado un clima pre-electoral que pone sobre el tapete de las discusiones el futuro político del país, de la provincia, del municipio. A nivel nacional, mientras los grupos económicos concentrados descargan su artillería contra el gobierno, los medios de comunicación hegemónicos apelan a cualquier recurso para crear un clima de incertidumbre y de supuesto caos generalizado, y la oposición política balbucea patéticamente argumentos sobre el llamado “fin de ciclo”, compitiendo por demostrar qué candidato o candidata se porta mejor con los monopolios y les da mayores garantías para una hipotética futura gestión poskirchnerista.
Dichas garantías que intentan extender, incluyen promesas de derogación de la mayoría de las leyes y normativas largamente discutidas y aprobadas mayoritariamente, y que significan en conjunto la recuperación y ampliación de derechos para amplias capas de la población. En tren de oponerse a cuanta iniciativa surja del gobierno, eluden el debate parlamentario o votan en contra de leyes cuyos principios sostuvieron ellos mismos en otros momentos políticos.
Aparece claro, sin embargo, que el fuego graneado que se lanza en todo momento y lugar no llega a constituir una oposición orgánica. Las lágrimas de cocodrilo de los grandes grupos económicos contrastan con las espectaculares ganancias que han obtenido en los últimos años y bajo la actual gestión; los medios hegemónicos alertan contra supuestos ataques a la libertad de expresión mientras dicen y escriben todas las barbaridades que se les ocurren, protestan lastimosamente contra una oposición política que no logra articular una conducta unificada, y esta última aparece en toda su dimensión primaria, sin discusiones de fondo, repitiendo slogans carentes de sustento, peleándose entre sí, y remplazando su trabajo en el Congreso por su función de columnistas políticos en los programas de televisión.
Ante esto, y como lo expresara el mascarón de proa del grupo Clarín, “el Gobierno hace lo que tiene que hacer: avanza”. La frase, de una sinceridad pasmosa, fue lanzada en medio de una violenta diatriba contra la dirigencia opositora, a la que sumergió con nombres y apellidos en el mismo “balde de bosta”. Aunque suene extraño, coincidimos con esta apreciación: después de casi doce años, el gobierno kirchnerista sigue gozando de buena salud, tomando todo el tiempo la iniciativa política, enfrentando las indudables dificultades económicas sin bajar las banderas de no perjudicar los intereses de las mayorías, manteniendo un altísimo índice de aprobación a esta altura de la gestión, y con una figura presidencial de una estatura de estadista pocas veces vista en nuestra historia, provocando la admiración de propios y extraños.
En otras palabras, sigue siendo el gobierno nacional el que “marca la cancha” haciendo política, ante la desesperación opositora que no logra armar un mínimo discurso coherente. Para colmo, las organizaciones que sostienen el proyecto nacional y popular movilizan como nadie es capaz de hacerlo, demostrando su capacidad para poner en la calle la voluntad popular. Más allá de quién y quiénes se perfilen como candidatos del Frente para la Victoria en el 2015, queda claro que la intención presidencial es la de cumplir el mandato hasta el último minuto de gestión, y la de seguir generando iniciativas que demuestren que el proyecto iniciado en el 2003 no es un episodio más en la vida política del país. Por el contrario, la idea es sentar las bases de un hecho fundacional que exceda un mero mandato presidencial, en el que el neoliberalismo quede definitivamente sepultado y se abran caminos de transformación efectiva hacia una sociedad más justa y democrática en todos los sentidos.
Lo dicho no quita las grandes dificultades presentes y que se avizoran en el terreno económico, como la inflación que erosiona los ingresos de los trabajadores, el freno al sostenido crecimiento experimentado desde 2003, la amenaza de los grupos financieros internacionales con los fondos buitre como ariete, y el sabotaje de los grupos locales que intentan precipitar una situación crítica reteniendo cosechas y dólares. Precisamente, la política de estos sectores dominantes parece ser la de llegar al año electoral en las peores condiciones posibles, con la idea de capitalizar la crisis y lograr poner en el gobierno –en término o por anticipado- a alguno de sus gerentes. En otras palabras, volver a ejercer el poder directo e intentar volver a la lógica del mercado como dictador de políticas, descartando al Estado como garante de derechos y de políticas soberanas. Este y no otro es el trasfondo de las  “renovaciones” y demás cantos de sirena de los que en realidad añoran lo peor de la vieja política, y que nos llevó a la crisis más profunda de nuestra historia.
No obstante, puede avizorarse la posibilidad cierta de que la amenaza de cierre del período histórico abierto en 2003 no provenga sólo desde afuera del kirchnerismo. Alguna de las candidaturas que se perfilan no parecen ser la mejor garantía de continuidad y profundización del camino popular, democrático y progresista. En ese sentido, nos negamos a la resignación que implica rendirse ante las supuestas evidencias de las encuestas, que generalmente no son más que operaciones políticas tendientes a instalar o descartar candidatos. 
Mientras éstas parecen ser las condiciones imperantes a nivel nacional, Carta Abierta de la Comarca quiere llamar la atención sobre la realidad que se perfila a nivel municipal en El Bolsón. Percibimos que –como decíamos antes- cuando el gobierno nacional resiste a pie firme el desgaste por los años de gestión y el bombardeo sistemático, el gobierno municipal de El Bolsón no aparece con la misma vitalidad a poco más de un año de que culmine su período. Entendemos que las graves dificultades económicas, los juicios que por desastres perpetrados por gestiones anteriores se lanzan como sacudidas a las arcas municipales o se alzan como amenazas permanentes, la escasa o nula relación con el gobierno provincial, son condiciones para nada favorables para proyectar con éxito y concretar en los hechos las obras necesarias para la comuna. A todo ello se suma el desencuentro entre el poder ejecutivo y el legislativo - desencuentro que ya señaláramos con preocupación en nuestra Carta Nº 2 de diciembre 2012 - y que lejos de resolverse ha redundado en el bloqueo, por una parte del Concejo Deliberante, de muchas de las iniciativas planteadas desde el Ejecutivo, pese a que algunas/os de sus integrantes accedieron a las bancas integrando el mismo espacio político que ganó las elecciones en 2011.
Al mismo tiempo –y como modelo a escala de lo que señalamos a nivel nacional- la mayor parte de los medios de comunicación locales y regionales agitan sistemáticamente las dificultades existentes apuntando al gobierno municipal y preparando el terreno para el cambio de rumbo, en un indisimulado alineamiento con los intereses económicos más concentrados.
Más allá de todo esto, percibimos una tendencia en el gobierno municipal a cerrarse en un círculo reducido de tomas de decisiones. Creemos que no es la mejor actitud, y que el capital político que significó el apoyo decidido de la ciudadanía hace un año y medio, de las organizaciones sociales y las agrupaciones políticas, debería tenerse en cuenta a la hora de proyectarse al futuro cercano. Que lo central es defender el ejercicio de la política y de la actitud militante para dar continuidad a un proyecto que sostuvo y sostiene valores de honradez, decencia y respeto por la voluntad popular para enfrentar a los sectores poderosos que siempre quieren tener a la gestión municipal al servicio de sus intereses. Cuando ya se perfilan y/o se lanzan candidaturas para el 2015 -como las que desfachatadamente anuncian soluciones cuando son los mismos responsables de los males que nos aquejan- entendemos que no abrirse a las inquietudes y a la práctica concreta de la militancia social y política es el camino más corto para entregarse a la derrota.
En tal sentido, Carta Abierta de la Comarca –como espacio de reflexión pero claramente posicionado en la defensa y profundización del proceso abierto en El Bolsón en 2011- hace un llamado a la responsabilidad de toda la militancia y la dirigencia política y social comprometida en la lucha por un Bolsón y una Comarca más inclusivos y democráticos. La tarea de la hora, de esta nueva encrucijada, es aunar esfuerzos y voluntades en pos de articular una instancia política capaz de expresar esos principios y proyectarlos en un futuro posible y deseable, con la amplitud y profundidad que se expresaron en las calles en mayo de 2013.
Porque no representamos intereses sectoriales ni posiciones mezquinas. Porque no peleamos por candidaturas, es que este espacio de reflexión política se entiende habilitado para plantear interrogantes, señalar dificultades y acechanzas, llamar a mantener el camino nacional, popular, democrático y progresista. De todos depende que estos años extraordinarios y desafiantes que vivimos se proyecten y se concreten en los sueños de las mayorías. No tenemos duda de que la abnegada militancia que lucha todos los días por alcanzarlos no dará lugar a nuevas frustraciones.  

CARTA ABIERTA DE LA COMARCA ANDINA DEL PARALELO 42 - El Bolsón, Noviembre 2014




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