Reflexiones, Jorge Oscar Marticorena
Sería importante elaborar un análisis detallado y objetivo de los logros alcanzados en estos diez peculiares años de gobierno, durante los cuales el kirchnerismo transformó una Argentina arrasada por la traición, el desguace del Estado regalado a empresas cómplices y la ineptitud que llevó a la catástrofe final del 2001, en este país de hoy, al que aún le quedan problemas sin resolver, pero que ya es muy diferente del país arruinado y sin esperanzas del que huyó el último gobierno radical.
Supongo que alguien estará trabajando en ello, para construir el relato detallado y bien documentado de lo ocurrido durante estos diez años.
Pero hay otro trabajo, tanto o más importante que debe iniciarse lo antes posible.
Se trata de la planificación de las acciones necesarias para lograr, en esta próxima década, corregir deficiencias y errores, y consolidar procesos, algunos ya en marcha y otros todavía en la etapa inicial o de estudios preliminares, que impulsen los cambios sociales y económicos que consoliden, para bien de todos los habitantes del país, la vigencia de la justicia social, de la libertad económica y de la soberanía política. Tres condiciones que forman un entramado en el cual cada una solo es posible si existen y rigen las otras dos.
Somos unos cuantos quienes pensamos que esto no será fácil, pero que es necesario y perfectamente posible. Hace falta gente con ideas claras. Hace falta gente que esté dispuesta a organizar el trabajo de manera tal que se asegure la mayor y más variada participación popular posible. Hará falta un control de gestión muy sagaz. Y habría que lograr una propuesta viable en el curso de este año que empieza.
Cristina acaba de decir muy claramente que no aspira a ningún cargo electivo.
Platón definió hace siglos al hombre como un animal político. Esta definición clásica le es totalmente aplicable a Cristina quien, en mi opinión, es un notable animal político.
Cristina no ha dicho que se retira de la política. Pienso que, por ahora, seguirá ejerciendo de algún modo su capacidad de liderazgo para contribuir a ganar estos próximos diez años.
Pienso también, desde este Lejano Sur, mientras escribo, leo Página 12 y contemplo mi jardín, que debemos ponernos a trabajar en estas ideas.
Ideas que no son solo mías. Estuve hace un par de meses, por invitación de un integrante de este grupo que vive y milita en Buenos Aires, en el lanzamiento de la Alianza Estratégica Nacional entre el Trabajo y la Producción. Alianza que tiene precisamente como objetivo promover la elaboración de este programa.
Los sindicatos que participan están en la CGT de Caló. Las empresas son únicamente de capital nacional.
La idea tiene una raíz profundamente peronista, ya que Perón, en su primer gobierno, planteó la necesidad de lograr un acuerdo entre el capital y el trabajo. Fue quizá una de sus propuestas más novedosas y el capital nacional no lo acompañó.
Nuestro amigo porteño, ex empresario, está trabajando en esta línea.
Los tiempos se acortan y serán inquietos. Estamos a menos de dos años de las elecciones.
Las fábricas de rumores ya están en plena actividad.
La olla en la que se cuecen las ambiciones políticas, legítimas o no, razonables o menos, ya está levantando temperatura.
Como sabiamente dice uno de mis hijos:
No le crea a nadie. Salga a caminar.
Jorge Oscar Marticorena
